martes, 18 de febrero de 2025

La Nueva Canción Latinoamericana, Filosofía, Historia y Sensibilidad en la Música.


Por: JuanFer

Cristian Camilo Hurtado Blandón nació en Fredonia, Antioquia, 1994. Es docente de Ciencias Sociales en la Institución Educativa Rodrigo Arenas Betancourt de Robledo. Licenciado en Filosofía y magíster cum laude en Investigación Musical, su trayectoria profesional se ha centrado en la filosofía de la música, explorando cómo la Nueva Canción Latinoamericana puede contribuir a la construcción de un pensamiento crítico e independiente en la región.

Cuenta con 14 años de experiencia en dirección de escuelas de música, orquestas y ensambles dedicados a géneros andinos, latinoamericanos y de contenido social. Ha profundizado en la composición y los elementos estéticos y políticos de este arte. Entre sus proyectos destacados en Antioquia se encuentran la dirección de la Banda Provincia de Cártama y su participación en programas pedagógicos de Iberacademy Medellín.

Actualmente, desarrolla su tesis doctoral, donde investiga cómo el arte latinoamericano, desde la música hasta las narrativas históricas, puede develar una historia oculta, proponiendo enfoques innovadores para la enseñanza de las Ciencias Sociales y una reinterpretación crítica de la historia continental. 

El tema en el que actualmente trabaja se centra en el contraste entre la historia oficial y una historia oculta. En su estudio de la historia oficial, generalmente encuentra una versión que legitima o perpetúa el poder de las clases dominantes, sustentada en argumentos que justifican su autoridad. A diferencia de esto, la historia oculta busca revelar aspectos y perspectivas marginadas. En este contexto, considera que la Nueva Canción Latinoamericana juega un papel importante, despertando en la conciencia colectiva una sensibilidad diferente a través de su escucha. De este modo, las personas pueden desarrollar una sensibilidad renovada en la que se diversifican sentimientos, ideas, ideologías, arquetipos, estructuras de ser y formas de sentir, abriendo nuevas posibilidades para la sociedad.

Apoyándose en la tesis de Marx de que "los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo" (Engels & Carlos Marx 2006, p. 57), Cristian propone que la Nueva Canción puede legitimar otras corrientes de pensamiento. Esto contribuiría a la construcción de una historia no oficial, que también podría integrarse en la enseñanza de las Ciencias Sociales, permitiendo a los estudiantes explorar ambos lados de la historia: la versión oficial y la versión oculta.

Su marco referencial se centra en la Nueva Canción Latinoamericana, que abarca desde México hasta Chile. Algunos de sus principales exponentes incluyen a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. En particular, en México aporta un representante destacado: Gabino Palomares, un músico y escritor de gran calibre crítico, cuyas canciones, como "La maldición de Malinche", interpretada junto a Amparo Ochoa, expresan una aguda crítica al colonialismo, siguiendo la línea de pensamiento de Aníbal Quijano, un filósofo y sociólogo peruano. Otros referentes son los grupos Inti-Illimani y Quilapayún de Chile; Los Harkas y Grupo Pasajeros de Colombia; y Yari, una agrupación de Medellín. En Argentina, se destacan músicos como Quinteto Tiempo y Atahualpa Yupanqui, quienes han contribuido a crear una corriente de música crítica que propone una nueva historia latinoamericana y una sensibilidad renovada.

Desde un enfoque teórico, sus composiciones e investigaciones musicales se sustentan en el pensamiento de varios autores influyentes, entre ellos Aníbal Quijano, uno de los pioneros del pensamiento crítico latinoamericano, y Boaventura de Sousa Santos. También se apoya en Herbert Marcuse, con su teoría de la unidimensionalidad, y en otros pensadores fundamentales como Enrique Dussel, Walter Mignolo y Santiago Castro-Gómez. Además, su trabajo académico se inspira en los grandes teóricos de la Escuela de Frankfurt, siendo Walter Benjamin y Theodor W. Adorno los autores más relevantes en su formación.

Uno de los proyectos más importantes que ha desarrollado es la reconstrucción de la "Cantata de Santa María de Iquique", una obra que intenta revivir una historia oculta en Chile. Este proceso fue impulsado por la caja de compensación Comfama, que apoyó la creación de una versión reducida de la obra, presentada en Medellín. Esta iniciativa permitió experimentar con públicos que no conocían la historia, generando una conmoción profunda en los espectadores, quienes, en algunos casos, llegaron a llorar al descubrir una historia desconocida para ellos.

Otra experimentación relevante fue su trabajo con la Agrupación Cerro Bravo del municipio de Fredonia, donde desarrolló clases de composición. Estas clases abordaron las convenciones estilísticas y armónicas de la música latinoamericana, explorando aspectos como la melodía, la rima, la silabificación y la métrica. Este trabajo culminó en la creación de varias canciones como:  

"Cerro Bravo Caminito de Piedra, Los Colores del Amor"

(https://www.youtube.com/watch?v=fgApE29LvO0)


"El Barranquero"

(https://www.youtube.com/watch?v=GqFMYwQH_FA)


"Camino a Colombia - Cerro Bravo"

(https://www.youtube.com/watch?v=pe81FKptok4&t=39s)


 (Estas canciones están disponibles en Spotify y son el resultado de este proceso de experimentación estilística y compositiva.)

Cristian Camilo Hurtado Blandón presenta en su obra una fusión enriquecedora entre la filosofía y la música, integrando un compromiso político y cultural profundo hacia América Latina. Su trabajo resulta atractivo al articular varios valores esenciales en su exploración de la nueva canción latinoamericana como herramienta de reflexión crítica.

Esta propuesta crea un puente entre las convenciones de la música de protesta y las formas académicas de composición, permitiendo una reinterpretación de obras como La Cantata de Santa María de Iquique, en la que el espectador experimenta una conexión emocional intensa con la historia representada.

Al emplear una estética sonora única en géneros tradicionales como el tinku y la chacarera, su música adquiere un carácter distintivo, despertando la sensibilidad. Aquí, la sensibilidad se entiende como la capacidad de la música para resonar en el oyente de manera inmediata, sin la mediación de un conocimiento técnico previo.

Esto convierte lo sensible en un punto fundamental de su obra, que se percibe como una experiencia compartida y directa, en la que los valores culturales y políticos se transmiten a través de la sonoridad y la estética, sin depender de explicaciones externas. Cada nota, ritmo y silencio comunica una idea o sentimiento que se percibe intuitivamente, creando una comunicación artística profunda y efectiva que envuelve a los espectadores en una relación estrecha con la obra.


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